lunes, 5 de marzo de 2012

Calvo


¡¡Buenas tardes!!

¿Quién no conoce la marca Calvo ?
  
Con el ritmo de vida que llevamos hoy en día es importante que no sacrifiquemos la buena alimentación de nuestra familia.

Afortunadamente, existen en la actualidad gran variedad de métodos de conservación tanto para comidas ya preparadas y listas para tomar, como para otros ingredientes que pueden sacarnos de más de un apuro en la cocina. Estos medios ponen, además, a tu alcance, siempre que te apetezca, alimentos frescos y manteniendo todo su sabor, textura y calidad.


 

Las conservas son sinónimo de alimentos sanos y de calidad, y son fruto del perfeccionamiento que los seres humanos han ido desarrollando para cubrir su necesidad de almacenar la comida.
 
¿Sabías que ya en el Neolítico el Hombre era consciente de que el frío servía para conservar alimentos y usaba hielo para tal efecto? Los romanos mejoraron eficientemente este sistema con unas construcciones subterráneas con varios niveles en los que conservaban víveres todo el año con nieve. Eran los antepasados de nuestros frigoríficos…¡pero a lo grande!

También la mojama y otras salazones que disfrutamos especialmente cuando vamos de cañas se remontan a esta época, aunque fuesen perfeccionados para los largos viajes al Nuevo Mundo. Estos nuevos métodos de conservación usando sal y aceite permitían a los pueblos del Neolítico poder transportar los alimentos si se desplazaban de su asentamiento, durante las largas jornadas de caza, por ejemplo. Sin embargo, algunos métodos no acababan de ser totalmente seguros.

Fue en el siglo XIX cuando Nicolás Appert revolucionó los sistemas de conservación con un método que perdura hasta nuestros días y que le valió el título de “Benefactor de la Humanidad”: la ‘appertización’. Descubrió de forma empírica que hirviendo los alimentos en el interior de un recipiente cerrado estos se mantenían sin alterar por largos periodos de tiempo, conservando todas sus características de olor y sabor.
Entonces, las conservas se almacenaban en vidrio, un envase que perdura hasta nuestros días. 

Especialmente en las recetas caseras: ¿Quién no recuerda, precisamente en estas fechas, a nuestras madres y abuelas haciendo las compotas y mermeladas que nos endulzaban desayunos y meriendas?

Las latas de conserva que ahora son tan recurrentes en nuestras cocinas se las debemos al inglés Peter Durand. Decidió emplear la hojalata para fabricar nuevos envases que permitían que el pescado durase más tiempo, que la conserva fuera más resistente (no se rompe como el vidrio) y que mantuviese todas sus vitaminas, ya que la luz no deteriora el producto.

De la gran cantidad de conservas que existen en nuestros días, ¿cuáles son las que nunca faltan en tu cocina?




 






 






 




 


Sardinas en aceite de oliva






Aquí podéis ver sus productos.


En su web suelen tener muchas promociones


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¡¡Muchísimas gracias Calvo!!

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